A Verónica
Caballeros errantes
tocan a mi puerta
por un poco de cariño
les ofreceré mi desnudes
caerán como la rapiña
a un cuerpo putrefacto
primero se saciaran
con mis entrañas
morderán mí clítoris
lo apretarán con sus
picos descomunales
será cortado y
tragado
mis pezones
masticados y al empezar a brotar la dulce leche
cuarteada por la
sangre que recorre mis senos
será lamida chupada
mí lengua y mis
labios serán devorados
y a la mañana
siguiente cuando los caballeros
partan del lecho de
los cuerpos putrefactos
lo único que quedara
serán las sobras
pelo pellejo y
dientes
pronto hasta la rapiña
me despreciara.
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