Lloro de nuevo,
recordando y recordando, porque recordar es lo único que me queda.
Corrí hasta que mis
pies no dieron más, quería escapar pero estaba atrapado, pude sentir como mi
pensamiento se detuvo, se concentro en una única cosa, la opresión de mi alma,
el suelo sobre el que yacía apenas podía sentirlo, era como si gravitara, no;
ni siquiera podía sentir o ver el suelo, lo único que veía era el orificio del
techo, sentía mi cuerpo introducido en aquel diminuto orificio, mientras mi
pensamiento estaba sobre el suelo, observándose….. Llegue a pensar que al fin había
enloquecido, que la hora de olvidarlo todo y vivir en un pensamiento ya no era
una simple especulación de mis tontos poemas. La sensación de saber de mi
locura, unida a la incapacidad de mi cuerpo para reaccionar, fue lo que
corrompió todo mi ser, durante mucho tiempo no se cuanto, intente regresar a mi
cuerpo, pero al final entendí que ya no me pertenecía y en ese mismo momento
descubrí que había hecho la mas grande y poderosa creación, cree vida y no una
simple rudimentaria vida, cree un ser humano, con todas las cualidades de
cualquier otro, con una única diferencia, lo había creado yo, y mientras mi
creación vivía, amaba, lloraba y otras veces moría, yo iba siendo olvidado,
solamente observando por un simple orificio un cuerpo que se movía a voluntad
propia, mi creación. No soy mas que un simple dios perdido en el mundo de la
locura, omnipotente, omnisciente, omnipresente, pero incapaz, atrapado y sin salida,
me lamento por no tener una existencia fugaz y en lugar de ello una
inmortalidad incapaz.
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